DESTRUCCION DE NUESTRA IDENTIDAD ARQUITECTÓNICA
El identificarse, fue siempre interés de todo Celendino, conocerse a si mismo, ubicarse dentro del grupo donde habita, conocer su comunidad, buscar el entendimiento entre ellos y lograr objetivos comunes. Estas preocupaciones al igual que en todo el mundo, desarrollaron la necesidad de una cultura de organización en cada grupo humano, una estructura funcional y de gobierno, delimitación de sus territorios y de alguna manera, una distribución del uso suelo que ocuparon, que respondió siempre a sus actividades, a sus medios de producción, a su religión y a su conocimiento en general. Dentro de toda esta producción cultural, en el caso de Celendín, sus pequeñas edificaciones han sido productos de los materiales disponibles que encontraron en el medio y en ellas las respuestas necesarias al clima, a su modo de vida, a su trabajo, a su religión, sus creencias y al entorno de sus territorios, proponiendo de igual modo sus espacios públicos necesarios. Todos estos hechos han generado particularidades en cada comunidad de la provincia, que los distinguen de otras y que muestran el cúmulo de experiencias y de conocimiento que lograron obtener con el paso de los años, instituyendo una cultura y una identidad urbana arquitectónica muy propia. Estos legados siempre se encuentran en el centro de nuestro hermoso Celendín, que al pasar los años, con el efecto del intercambio cultural y la actividad comercial, se fueron transformando gradualmente, modernizándose generalmente en sus interiores y tratando de mantener sus fachadas antiguas. Claro que la ciudad de Celendín, tiene mucha similitud a los poblados de la serranía peruana, en cambio quizás los interiores reflejan los estilos españoles o judeo portugueses, del cual se dice descendemos esta noble raza. Quien no recuerda sus calles muy derechas, empedradas con una acequia en el centro, la simetría de sus diseños muy ligadas a sus casas, con paredes rectas y pintadas de blanco. 
La globalización mal empleada y el abrupto crecimiento demográfico, es común en todos los asentamientos humanos del mundo en estos últimos tiempos por el desarrollo que vienen alcanzando los medios de comunicación, sobre todo en aquellos que desempeñan un rol importante en sus regiones y que dinamizan principalmente los espacios económicos, sociales y culturales. Al no respetar las características arquitectónicas de ellos, se origina el consiguiente fenómeno de transformación y destrucción de los mismos. Este proceso definitivamente, extingue edificios con valores arquitectónicos, so pretexto a su demasiada antigüedad y su condición inhabitable y al paso a la "modernidad", pero que en realidad es la vehemencia de utilizar al máximo el valor y la plusvalía del suelo que tienen en dichas circunstancias. Este efecto es acelerado cuando no existen normas y ordenanzas de conservación de los centros históricos y cuando muestran debilidades especialmente en la autoridad edil, como es en el caso nuestro. En fin es necesario dar alternativas de solución a este deterioro constante de los lugares arquitectónicos de Celendín, con mucho valor cultural y no ser testigos pasivos de su destrucción permanente.
Pero nos hemos preguntado que podemos hacer contra este avance irresponsable de destrucción, y la respuesta es mucho, y el primero es unirnos todos lo que decimos ser verdaderos celendinos, y exigir al Alcalde y regidores, que basta ya de tanto abusó y falta de autoridad. Luego de solicitar de inmediato se corrijan las construcciones que se viene ejecutando a vista y paciencia de propios y extraños. Lo que si esperamos que no se aprovechen grupillos de esto para sacar agua a sus molinos. Hagamos alguna vez algo por Celendín, sin nada a cambio.
La globalización mal empleada y el abrupto crecimiento demográfico, es común en todos los asentamientos humanos del mundo en estos últimos tiempos por el desarrollo que vienen alcanzando los medios de comunicación, sobre todo en aquellos que desempeñan un rol importante en sus regiones y que dinamizan principalmente los espacios económicos, sociales y culturales. Al no respetar las características arquitectónicas de ellos, se origina el consiguiente fenómeno de transformación y destrucción de los mismos. Este proceso definitivamente, extingue edificios con valores arquitectónicos, so pretexto a su demasiada antigüedad y su condición inhabitable y al paso a la "modernidad", pero que en realidad es la vehemencia de utilizar al máximo el valor y la plusvalía del suelo que tienen en dichas circunstancias. Este efecto es acelerado cuando no existen normas y ordenanzas de conservación de los centros históricos y cuando muestran debilidades especialmente en la autoridad edil, como es en el caso nuestro. En fin es necesario dar alternativas de solución a este deterioro constante de los lugares arquitectónicos de Celendín, con mucho valor cultural y no ser testigos pasivos de su destrucción permanente.
Pero nos hemos preguntado que podemos hacer contra este avance irresponsable de destrucción, y la respuesta es mucho, y el primero es unirnos todos lo que decimos ser verdaderos celendinos, y exigir al Alcalde y regidores, que basta ya de tanto abusó y falta de autoridad. Luego de solicitar de inmediato se corrijan las construcciones que se viene ejecutando a vista y paciencia de propios y extraños. Lo que si esperamos que no se aprovechen grupillos de esto para sacar agua a sus molinos. Hagamos alguna vez algo por Celendín, sin nada a cambio.